«Entorno crítico» es la exposición colectiva que se puede ver en el CAB (Centro de Arte Contemporáneo de Caja Burgos) hasta el 1 de febrero de 2015. La muestra reúne obras procedente de las colecciones de Caja de Burgos – CaixaBank, Fundación Caja de Burgos y el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC). Se articula en torno al I Foro de la Cultura de Burgos, que a principios de noviembre reunió a especialistas internacionales en los ámbitos del arte, la economía, la industria, la educación, la sociología o la arquitectura.
Para visitar la muestra y poder disfrutarla mucho más os recomiendo que aprovechéis las visitas comentadas que pone a disposición del público el CAB los sábados a la 13:00 h. y 18:00 h. y los domingos y festivos a las 13:00 horas.
La visita guiada por Estela Rojo comenzó con la explicación de una obra de Lara Almarcegui, artista que trabaja con arquitectura y residuos. En su paso por la Bienal de Venecia presentó una pieza formada por montañas de diferentes materiales de construcción. En este caso lo que podemos ver es el proceso documental de un hotel efímero en la localidad de Fuentes de Ebro (Zaragoza). La estación de tren abandonada se reconvirtió en un espacio nuevo, en un hotel gratuito por tiempo limitado para alojar peregrinos. En el proceso de generación de la nueva situación se involucró a la gente del pueblo y se consiguió que las habitaciones se ocuparan, convirtiéndose en una obra con gran componente social.
Una de las piezas más espectaculares de «Entorno crítico» es la del artista cubano Diango Hernández «Living room partido» en la que juega con la idea de habitabilidad, del espacio íntimo y de reunión grupal. Normalmente la sala es un lugar de reunión, pero la de Hernández no puede tener el uso habitual por la división del mobiliario (partido de forma simétrica, menos en la televisión y la máquina de escribir). La obra habla de ámbitos, situaciones en las que existe una división y es imposible que las partes vuelvan a juntarse. El artista hace una reivindicación socio-política y plasma la situación entre Cuba y Miami.
En una de las salas del CAB se unen dos obras con contextos diferentes que se contraponen muy bien aunque no haya relación entre ambas obras. Una es una vídeocreación titulada «Desde la ventana de mi habitación» filmada con cámaras de Super-8 que da el efecto de que el tiempo se ralentiza. Se ve una situación anecdótica, un juego entre dos niños que parece una coreografía en la lluvia, recubierta de cierta poesía.
Al otro lado se proyecta una obra de vídeo de la artista alemana Corinna Schnitt, en la que se juega con el zoom. La escena, de dos niños en lo que parece un idílico jardín, se graba desde lejos pero se hace un zoom para producir sensación de cercanía. Cuando se aleja la escena se ve que el precioso lugar es en realidad un pequeño espacio peligroso por el tráfico que se encuentra cerca. Los protagonistas están mucho más expuestos a peligros que los niños de la otra pieza. El diálogo no puede ser más artificial y fabricado.
Una de las obras que más me ha impresionado de la exposición es la del artista coreano Do Ho Suh. Nació en Seul pero ha vivido en muchos lugares del mundo y eso tiene gran relación con sus obras. En la que se puede ver en el CAB, recrea el pasillo del piso donde vivió en Nueva York. La instalación es parte de un apartamento entero (tenía un baño comunitario, unas escaleras azules…). Según nos contó en la visita Estela Rojo, la pieza está realizada con una fibra sintética muy delicada. Poder entrar dentro de la etérea pieza y recorrer el pasillo me ha parecido un auténtico lujo.
También impactan las fotografías de Sekula sobre la catástrofe del Prestige. Las instantáneas muestran las graves consecuencias que tuvo en la costa gallega el vertido pero también la cooperación y gran trabajo que hicieron los voluntarios.
Me parece destacable el universo brutal, kitsch de Javier Gutiérrez que se sitúa en la muestra al lado de lo delicado y efímero de Do Ho Suh. Se trata de una casa con una mirilla desde la que se puede ver un mundo. El artista se marchaba a un mercadillo de los suburbios, en el que se vendían objetos que la gente se encuentra en la basura durante la noche anterior. Allí se encuentra desde fotografías de decapitaciones, muñecos de lucha mexicana, figuras de la Santa Muerte… Con ellas crea obras como un santo al que tienes que rezar para encontrar a tu mascota, con la que plasma la gran preocupación de los mexicanos por sus animales de compañía y su religiosidad. Para mi todo lo que se muestra de este artista está cargado de significado, con muchos detalles y referencias mexicanas, algunas francamente muy grotescas. Utiliza también la actualidad, las noticias publicadas en los medios para crear sus obras, como uno de los primeros transplantes de cara o la tragedia de los treinta y tres mineros que se quedaron encerrados en una mina de Chile.
La zona que antes era de descanso en el CAB y que ahora, con gran acierto se usa como espacio expositivo se ha convertido en una sala de estar en el que el protagonista es el estampado militar. Mateo Mate es un artista que tiene muchos trabajos vinculados con el ejército. Juega digitalmente con cada uno de los diferentes estampados militares que tiene cada ejercito. El camuflaje esta ligado al arte, ya que por ejemplo durante la I Guerra Mundial los franceses contrataron a artistas para idear métodos para el enemigo percibiera menos a sus tropas. El estampado pasó de ser algo simplemente estético a usarse en el ámbito militar y en varias ocasiones se ha puesto de moda y ha regresado a la calle.
Una pieza que me ha gustado mucho por aunar diseño y practicidad es el radiador Heatwave por Joris Laarman . El diseñador y artista holandés reinventa la funcionalidad y crea un radiador-escultura que rompe con la estética del típico que siempre intentamos ocultar con los cubreradiadores.
Las obras de arte que se relacionan con las nuevas tecnologías me llaman siempre la atención y una de las de la exposición me ha dejado fascinada: una pieza que es una máquina de escribir que manda emails. Esta obra surge de una necesidad que tenía que cubrir la artista con su tío. Para que su familiar, ya de edad avanzada y sin conocimientos en informática pudiera enviarle correos electrónicos habilitó una máquina de escribir. La máquina funciona de verdad y si desde la muestra la usas el correo le llega al CAB.
La exposición también recoge un vídeo que habla sobre la gran importancia del baile tradicional y el folclore dentro de la vida boliviana, una obra del chileno Iván Navarro que plasma las dificultades de los emigrantes, dos piezas de una serie sobre gambiarras (cosas que la gente pobre recicla para darle otro uso) o una obra con grandes altavoces que emiten diversos discursos políticos a la vez, que hacen referencia a la gran confusión de ideas, promesas y sueños que lanzan los
medios.
Me ha parecido una muestra muy bien montada y que recoge piezas interesantes de artistas muy diferentes, que ciertamente están relacionadas con los temas tratados en el I Foro de la Cultura y que muestran la aportación de la cultura en ámbitos como la ciencia, la tecnología, el diseño, la arquitectura o el medio ambiente. Sin duda, muy recomendable.