Boamistura es una palabra portuguesa que significa «buena mezcla» y que designa al colectivo de artistas urbanos, integrado por cinco profesionales de diferentes ámbitos, que en la actualidad suena como nombre esencial del street art y del graffiti español.
El colectivo madrileño ha llevado a cabo intervenciones artísticas, además de en múltiples ciudades de España, en Sudáfrica, Panamá, Noruega, Alemania, Brasil o México. Además, ha participado en exposiciones en instalaciones museísticas como el Museo Reina Sofía, la Casa Encendida o el Museo DA2. Boamistura ha colaborado en proyectos sociales junto a Fundación ONCE, Intermon Oxfam o Cruz Roja e impartido conferencias en universidades como las de Madrid, Alcalá de Henares, Sevilla o Cuenca.
¿Cómo surgió el colectivo Boamistura? ¿Por qué decidisteis en 2001 empezar a tener una identidad como grupo?
Nacimos de forma absolutamente espontánea e inesperada. Nos conocimos pintando graffiti en nuestro barrio cuando teníamos entre 15 y 16 años. En el 2001, nos juntamos los cinco y empezó nuestra amistad. Nos pusimos el nombre, algo que nos gustaba y con lo que identificarnos, pero sin mayor pretensión. Lo que era un hobby y una pasión de fin de semana cada vez fue robándole tiempo a nuestra semana hasta 2009 que ya nos dedicamos en cuerpo y alma 24 horas al día 7 días a la semana. En los primeros años, ni nos planteábamos poder algún día vivir de esto y simplemente disfrutábamos pintando. Una vez acabamos la universidad tomamos la decisión de apostarlo todo por lo que sentíamos.
¿Por qué os hacíais llamar graffity rockers?
Era una coña nuestra de hace unos años. Nos denominábamos así porque en nuestro barrio (Alameda de Osuna), además de una larga tradición en el graffiti, también la hay en la música, concretamente en el rock. Son nuestros amigos del barrio y por eso, de algún modo, nos decíamos graffiti rockers.
Boamistura sois un colectivo artístico multidisciplinar, ¿qué ventajas os aporta el trabajo como grupo configurado por personas que beben de diferentes disciplinas? ¿Os soléis encargar cada uno de un aspecto concreto? ¿De qué se ocupa cada uno en el proceso creativo y
de ejecución?
La principal ventaja es tener puntos de vista desde distintos ámbitos pero algo común que nos une. Antes de formarnos, ya pintábamos juntos. Nos entendemos muy bien los unos a los otros, y aunque no tenemos tan diferenciadas las funciones, sí que cada uno sabe dónde puede ayudar más al proyecto. Todo parte de un debate o de una discusión en algunos casos, pero siempre desde un punto de vista positivo. Al final los cinco queremos lo mejor para Boamistura. Una vez entiendes esto, es mucho más fácil aceptar distintas opiniones. Y lo que suele suceder es que la idea parte de uno, y otro la crece, y otro la dirige a otro lado y al final estamos en un sitio en el que nunca hubiéramos llegado solos. Eso es lo más interesante.
¿Cuál es la esencia, los “ideales” que compartís como grupo?
Amamos lo que hacemos. Eso es lo principal. Somos felices peleando cada día por seguir haciendo lo que más nos gusta. Y como grupo, a la hora de intervenir, nuestra primera pregunta siempre es: ¿mejoraría el espacio con nuestro trabajo? Si la respuesta es no, no intervenimos y si creemos que lo podemos mejorar entonces sí.
¿Cuáles son las técnicas, influencias, artistas o corrientes estéticas que os inspiran? ¿Han cambiado desde 2001?
Han cambiado muchísimo. Alguna se mantiene pero obviamente vas descubriendo nuevos caminos que te seducen. Hoy en día arquitectura, diseño gráfico, fotografía, pintura, música, ilustración… son muchísimas las referencias que nos gustan y nos emocionan.
¿Qué materiales son los que necesitáis habitualmente en vuestras intervenciones? ¿Hay alguno con el que os gustaría experimentar?
Normalmente no faltan pinceles, brochas, rodillos, extensores, cubetas, cubos de pintura, sprays, cinta métrica, tiza, cordel, libretas, ordenadores y cámaras de fotos. Después, cada proyecto tiene alguna peculiaridad. En realidad nos gustaría experimentar con todos los materiales que no conocemos.
Nos podéis explicar cuál es vuestra relación con la iconografía del tatuaje, la anamorfosis y el placemaking.
Son transversales a nuestro trabajo. Primero, el hacer proyectos site specific porque hemos comprendido que el lugar aporta sentido a la obra y al revés. Y por tratarse de soportes que no se pueden mover, de muros, de edificios o de pavimentos que están fijos a un lugar concreto, nos parece fundamental responder a ellos y su enclave. La iconografía del tatuaje nos apasiona y nos ha abierto muchos caminos a nuestra ilustración. Y la anamorfosis nos ha servido para responder a una serie de lugares muy complejos. Son procesos abiertos y estamos trabajando en distintas líneas.
En vuestras obras os servís de potentes y sencillos mensajes positivos, ¿cómo son de importantes en las intervenciones?
Nosotros trabajamos de la forma que sentimos. Nuestra experiencia en Sudáfrica en 2001 nos voló la cabeza. Allí hablaban de inspiración y del legado de Mandela. De lo importante que eran las personas para generar cambios y nos hizo replantearnos lo que estábamos haciendo. Por eso, y desde entonces, trabajamos con la fuerza de las palabras y con su valor inspirador. Entendemos que no es lo mismo leer a diario “crisis”, “corrupción” y “desempleo”, que “alegría” o “dulzura”. No es que trabajando con estas palabras las otras dejen de existir, pero el poso que va permaneciendo es distinto. La crisis sigue estando pero quizás la forma de enfrentarnos a ella cambie.
¿Os acordáis de la primera vez que impartisteis una conferencia? ¿Dónde fue? ¿Os gusta la faceta de docencia?
La primera conferencia que dimos fue en la facultad de Bellas Artes de la Complutense de Madrid. Nos invitaron del área de pintura mural. El resultado no sabemos cómo fue pero el caso es que a nosotros nos gustó. Todo lo que tenga que ver con el ámbito docente nos interesa y nos parece que es una forma de mantenerse al día y de continuar aprendiendo. Pero no nos obsesiona y lo cierto es que ninguno hemos hecho un doctorado. Ahora en enero, tendremos nuestra primera experiencia docente en la Universidad Isthmus de Panamá, dirigiendo un taller de dos semanas con unos 60 alumnos. Estamos deseando que empiece.
Podríais contarnos cómo fue la experiencia de transmitir lo que hacéis en directo en el formato del TEDXMadrid.
Conocíamos TED y cuando contactaron con nosotros nos quedamos con la boca abierta y no sabíamos bien que íbamos a contar. La verdad es que la experiencia fue muy buena y enriquecedora. TED, por encima de todo, es garantía de calidad y tiene una masa muy importante de gente que sigue sus conferencias. De repente, poder compartir con ellos nuestro trabajo fue un paso muy importante.
¿Cómo pensáis que tienen que cambiar las normas que castigan a los artistas urbanos y los grafiteros? ¿Creéis necesaria una recuperación por parte del ciudadano del espacio público?
El espacio público es nuestro espacio común. En el que nos relacionamos y del que nos tenemos que apropiar, con respeto y sensibilidad, pero de forma rotunda. No hay mejor lugar de comunicación que la calle. Quienes trabajamos en ella somos conscientes de que lo hacemos de forma ilegal. Somos muchos y con distintas motivaciones. El tema por tanto es muy complejo. Muchos o la mayoría de los artistas urbanos, aunque nos hayamos distanciado del graffiti más tradicional y nuestra voluntad sea distinta a la de los graffiteros, venimos de allí. Compartimos la misma raíz. Si a esto le añadimos que una parte importante de la sociedad y de las autoridades o instituciones no están preparadas (al menos en España) para distinguir entre los polos más vandálicos y los más artísticos, hace que todos seamos medidos por el mismo rasero. En cualquier caso, y hablando por nosotros, la ilegalidad o legalidad de un soporte es una característica propia de ese soporte y si entendemos que con nuestro trabajo podemos mejorar lo existente vamos a hacerlo. En nuestra voluntad está el construir y hacer ciudad para y por los ciudadanos. Si es por hacer lo que sentimos de forma positiva preferimos pedir perdón que pedir permiso.
Alguna vez habéis manifestado que Madrid es una de las ciudades más complicadas para plasmar vuestras obras por culpa de la burocracia ¿En qué otras ciudades os habéis encontrado con dificultades similares? ¿Y cuáles de España son más receptivas y presentan menos problemas para el arte urbano?
En ninguna otra. Cuando salimos fuera, todos estos procesos son más sencillos y además no nos solemos encontrar con ellos. Madrid es una ciudad muy hostil para este tipo de manifestaciones. Ciudades como Zaragoza (gracias al festival Asalto) o ahora Málaga con las iniciativas del CAC parece que se están abriendo más. En cualquier caso, podríamos atrevernos a decir que en España aún no somos conscientes del valor que puede aportarle a las ciudades intervenciones interesantes de arte urbano.
¿Qué implica para vosotros el intercambio de trabajos y experiencias con otros artistas en festivales como el de Zaragoza?
Experiencias personales muy intensas y aprendizaje. Venimos de un mundillo muy hermético, donde aprendes de forma autodidacta y donde somos los propios artistas los que le damos forma a cada momento. Este tipo de encuentros son buenos para compartir experiencias y conocer gente que siente la misma pasión que tú. En concreto el Asalto, por la calidad humana de sus organizadores, por el formato del festival y por la selección de gente que traen es nuestro favorito. Iríamos todos los años pero entendemos que no sería bueno para el festival.
¿Qué diferencias se observan entre vuestros proyectos e intervenciones del comienzo y los que creáis en la actualidad?
Muchas. Hemos cambiado la forma de preparar y concebir los proyectos. Supongo que es lo lógico en una evolución o en una carrera de fondo como es ésta. Antes no nos preocupaba ni el soporte, ni el lugar, ni el hacer algo adaptado a él, ni la participación, ni muchas cosas que nos preocupan ahora. Antes nos preocupaba lo estético, cosa que ahora no. Supongo que dentro de unos años habrá cosas que nos sigan interesando y tendremos otras preguntas que ir resolviendo. Sería muy aburrido si no fuese así.
Habéis llevado a cabo impresionantes piezas cargadas conceptualmente y que han conseguido cambiar la forma que tiene la gente de relacionarse con el espacio, ¿cuál destacaríais si sólo pudierais quedaros con una?
Es como decirle a una madre con que hijo se quedaría. Cada una es especial porque encierra una experiencia única. Seguramente nos quedamos con las de la serie de CROSSROADS porque ahora mismo es la que más nos llena a nivel humano, pero lo cierto es que cada proyecto en el que nos involucramos lo vivimos con la misma pasión.
Una de vuestras últimas intervenciones ha tenido lugar en México, en “La Colonia de Las Américas”. ¿En qué consistió exactamente? ¿Cómo se implicaron los mexicanos con el proyecto?
La intervención ha consistido en la transformación estética de 30 casas de la colonia. Podríamos decir que es casi de paisaje porque al estar en un cerro se ve desde las dos principales autopistas de la ciudad. Lo que más nos interesaba era buscar, con la gente de la comunidad, la identidad del lugar. Por eso nos hemos inspirado principalmente de la cultura otomí, que eran los indígenas que habitaban esa zona. La respuesta de los mexicanos ha sido impresionante. No solo en la comunidad, que nos han abierto sus casas de par en par y además vivíamos allí, sino de toda la ciudad de Querétaro, donde diariamente se acercaban del orden de 20 voluntarios para ayudar a hacer la obra. Hemos vuelto enamorados y estamos trabajando para volver cuanto antes.
¿Podéis recomendar a nuestros lectores webs, blogs o cuentas de redes sociales que formen parte de vuestra lista de favoritos?
¡Tenemos muchísimas en nuestra lista de favoritos! Nuestras redes sociales están ahí y quien quiera curiosear las puede ver. Desde los contenidos de Yorokobu o Metalocus (por decir algo nacional) a los blogs ffffound o friends of type, pasando por BSA (Brooklyn Street Art). Nos interesa gente como los arquitectos Ecosistema Urbano, Basurama, Zuloark, o ilustradores como Ricardo Cavolo, Santiago Morilla, gente que trabaja en la calle como Vota Dier, Noaz, Parsec, Noviciado 9, Blu… o músicos como Kanye West, Black Keys o Daft Punk. La lista sería interminable.
“190º The Magazine” sirve como plataforma para dar a conocer el trabajo de artistas, estilistas o artesanos noveles, ¿qué opinión os merecen revistas como la nuestra?
Nos parece un soporte necesario para difundir una buena cantidad de las cosas bonitas que se están haciendo en estos ámbitos.